miércoles, 17 de septiembre de 2014

Alaska en moto: Noveno día

Charlie, ya tenemos las fotos y los vídeos. Llegó el momento de marchar, continuar el viaje. Nuestra siguiente parada es Anchorage, la principal ciudad de Alaska. Nos quedan unos 600km. La distancia no importa, el problema es la lluvia en el horizonte y las tremendas tormentas eléctricas que vemos en el horizonte...



 


A menos de 1 km se encuentra la aduana de entrada a Alaska. Dejamos Canadá y volvemos a USA. Es fácil confundirse y pensar que Alaska es un país independiente. Eso es erróneo, Alaska es el estado 49 de USA y el mayor estado de este gigante país.


Larri pasó sin problemas, él es estadounidense y residente en Anchorage.
Conmigo la cosa fue un poco más lenta, sobre todo porque el policía de aduanas estaba aburrido y comenzó a charlar conmigo. Me aseguró que se me había hecho tarde para subir hasta allí y que probablemente fuera la última moto de la temporada en llegar hasta allí... un "good luck and drive safe" fue la despedida...




Otra vez a la carretera, otra vez dejándo kilómetros bajo las ruedas. Larri volaba y yo lo perseguía. La Harley mantenía velocidades muy altas aunque en los adelantamientos era lenta. Jimenta le costaba mantener los 150km/h pero en los adelantamientos se comía a Larri... Cada moto para su propósito.

Al fondo las tormentas eléctricas con sus relámpagos amenazantes, en las cordilleras laderas llenas de nieve y la temperatura tímidamente por encima de los 3º.


En cada gasolinera preguntábamos si tenían noticias del tiempo hasta Anchorage. Todos arrugaban la cara y nos indicaban que llovía. 
Larri no decía absolutamente nada, simplemente me miraba serio. Yo sonreía y le decía "Larri, recuerda que llevo un paraguas conmigo..."




Una hora, dos... tres...  los kilómetros pasaban y las tormentas cada vez más cerca. Larri preocupado y yo sonreía. "Alguien" me decía que siguiera que no tendría problemas.
En un tramo de la carretera pudimos contemplar cinco glaciares enormes. Que belleza, que lástima que estén tan lejos... Impresionantes, imponentes, con un brillo y reflejo del sol espectacular. Fotos, vídeo y a continuar el viaje.
Sinceramente me sorprendía la calma que tenía Larri conmigo porque hago muchas paradas para fotografiar. 


Otra vez sobre la moto, el compromiso de no volver a parar para sacar más fotos pero siempre me saltaba este hecho.

Cielos encapotados, los kilómetros seguían avanzando y las lluvias no nos cogían. Parecía que la carretera iba justamente donde las nubes estaban menos negras. Mágia o casualidad?

Otros doscientos kilómetros y a repostar. En la gasolinera se acerca una pareja y nos pregunta que donde vamos, le decimos que hacia Anchorage con lo que nos dicen que unos 100 kilómetros antes llueve sin parar y tienen inundaciones, que no podremos pasar.  Larri me vuelve a mirar seriamente y yo le digo "Larri, recuerda que llevo un paraguas..."

Estamos a menos de dos horas de Anchorage y ahora no vamos a rendirnos... En marcha y esta vez salgo yo delante. Quiero ir un poco más despacio. Marco 110km/h y extremo el cuidado. Llevo un ojo en el gps mirando los kilómetros que faltan y otro en las nubes buscando un agujerito...

Ciento cincuenta kilómetros para nuestro destino y ni una gota. La carretera mojada, las cunetas llenas de charcas, los terrenos a los lados inundados... pero nuestras espaldas siguen secas... 

Cien kilómetros para Anchorage y ni una gota. De pronto un loco con un todo terreno nos adelante y sigue adelantando una fila de coches con línea continua. No solo los adelanta sino que lo hace en curva. "Está loco o borracho" pensamos...  Seguimos a nuestro ritmo y media hora mas adelante vuelve a aparecer dicho todo terreno, probablemente se detuvo a repostar y por eso vamos delante otra vez. En un intento de adelantamiento a Larri casi choca con él. Yo me desvío al lateral derecho y le cedo toda la carretera... viene sin control. Me adelanta y a no se cuantos coches más sin respetar ni velocidad ni líneas continuas. Larri me adelanta y me indica que paremos. Saca su  teléfono y llama a la policía. Informa de lo sucedido y da la matrícula del todo terreno. Luego me comenta que la policía en USA tiene este servicio, que los ciudadanos pueden llamar e informar de cualquier loco que ande suelto por la carretera... que buen servicio!.

Arrancamos y ya vemos las luces de Anchorage y aún sin lluvia. Llevamos una marcha muy buena y en media hora estaremos en la ciudad destino.

Mi mente no para, recuerdos, vivencias, sueños... pero sobre todo recuerdo a mi padre. 

La carretera parecía dirigirse en los únicos claros del cielo y por ello ni una gota. Conducíamos con cuidado porque la carretera estaba totalmente mojada. Se que llevo ruedas en buen estado, pero toda precaución es poca.

Un lago a la derecha y lo tenemos que rodear... wow... esto me suena, esto me suena, es la antesala de nuestro destino, Anchorage.

Allí nos azotó el viento, ni mucho menos como lo hizo en Argentina, pero con cuidado cruzamos. Larri decía que su moto iba inclinada, menos mal que no vio la mía que era todo un espectáculo...

En pocos minutos ya estamos en la ciudad... calles, edificios, coches y coches por todas partes... semáforos... wow.. jamàs pensé que echaría de menos los semáforos.. jajajajj

Larri me llevó directamente al hotel con un cielo que parecía que se iba a caer en minutos... pero ni una gota. 

Allí la cerveza para brindar la llegada a Alaska... Ultimas charlas antes de despedirnos y de pronto comienza a llover, pero llover de verdad. Parecía un diluvio. Larri me miraba y  me decía "es cierto que tienes un paraguas"!!!!

No recuerdo cuantas cervezas nos tomamos hasta que la lluvia se calmó y Larri se pudo ir. Un fuerte abrazo y antes de irse me dijo "no olvides escribir a tu hija y decirle I love you"...

Un tipo, un tipazo espectacular. Con un pasado increíble y mucha experiencia. Conocerlo ha sido de las mejores cosas que me han ocurrido en la vida.




Ahora toca ducha y a descansar. Mañana será un gran día donde tendré que sacar las fotos de la llegada a esta ciudad.

Hasta mañana Charlie