lunes, 15 de septiembre de 2014

Alaska en moto: Sexto día

Charlie, ni un minuto más en la cama....
Hoy tenemos por delante una de las grandes, otros 1000km que poner bajo las ruedas de Jimenta!

Como cada día lo primero es pagar el hotel. Como habían unas personas delante me entretengo leyendo los papelitos que están en el mostrador: "WARING: Buffalos on the road. All motorists should take extreme caution"...

Pero que es esto???? Serán bromas???? Los americanos no bromean con estas cosas....

Con unos 7 grados centígrados y un tiempo soleado comienzo a rodar.... hoy será una de las etapas más solitarias de la subida a Alaska. El destino la ciudad de White Horse.

Bosques, lagos, montañas... bosques lagos montañas.... siempre repitiendo los mismos paisajes pero yo sin parar de fotografiar...

Sigo convencido que es uno de los lugares mas bellos del planeta y la carretera que más me gusta.

Por primera vez en el viaje me sentí verdaderamente solo y por un instante pensé en el peligro que correría si la moto se avería. Las malas experiencias anteriores me han marcado y creo que difícilmente podría olvidarlo.





Las gasolineras comienzan a ser un problema. Ya he encontrado muchas cerradas y además a mucha más distancia...





Continúan los kilómetros y muy pocos coches en la carretera. Algún camión y algún 4x4. Un sol expléndido y la temperatura ha llegado a los 12 grados.

De pronto manchas negras al final de la carretera... qué son? Parece que nada importante porque no se mueven.... De frente un camión que aminora la velocidad.. Qué pasa aquí? 
El destino me tenía guardada una de las experiencias más locas del viaje. Desde luego la adrenalina rellenó todas las venas y arterias de mi cuerpo...

Las manchas negras al final de la carretera resultaron ser BUFALOS vivitos y coleando... Unos 40 animales enormes que permanecían inmóviles en la carretera calentándose en el asfalto.
El papelito que había leido en el hotel con las indicaciones de peligro era cierto... Los búfalos estaban frente a mi en la carretera y no había otra forma de continuar sino esperar a que se fueran.

El camión que venía de frente aminoró la marcha pero cruzó sin problemas. Pero qué hago yo???

Detuve la moto a unos 100 metros de la manada. Puse la pata lateral y apagué el motor. Será cuestión de esperar a que se marchen de allí.
Los minutos pasaban y ni un solo individuo mostró interés por apartarse de mi camino.
No aparecía ningún coche o camión que yo pudiera pegarme detrás y cruzar...
Eran búfalos enormes, machos gigantescos y hembras con crías. Las cosas se complicaban más por dichas crías. Los machos tenían un pelaje espectacular aunque los más viejos tenían zonas de su cabeza despobladas, no se si por la edad o por peleas entre ellos.

"Charlie, aquí no hemos venido a contemplar toritos.... Nos vamos para Alaska!!!"

Que lástima que no había un notario por allí para hacer el testamento... jajjajaj

Directo a la manada, en primera velocidad y muy despacito. Totalmente preparado para acelerar y empujar con lo que se pusiera delante.... Con ese pensamiento comencé a cruzar "el territorio de los búfalos"

Busqué el espacio más ancho entre ellos, el de la izquierda no me preocupaba, no mostró interés por mí. Pero el de la derecha enfiló su cara hacia mí con algo de curiosidad y desconfianza.
Con temple y aparente tranquilidad fui pasando poco a poco la manada. Una vez más el tubo de escape hizo un gran trabajo. Al hacer tanto ruido los animales abrieron espacio a mi paso.... uffff menos mal.

Reconozco que tenía el alma encogida y dos bultos en el cuello. Que miedo pasé en esos 10 segundos desde que puse la primera velocidad hasta que pasé el último animal...

Cruzarlos no fue difícil, pero el momento de decidirme a hacerlo fue terrible.

A pocos metros detuve la moto, y con las manos temblando saqué la cámara y comencé a fotografiarlos... me bajé de la moto e incluso andé unos metros hacia ellos. Estaba embriagado de emoción y adrenalina..... wow... que experiencia!!!!





El resto del día, por muchas bellezas del paisaje, por muchas cosas que pudieran pasar, seguramente no superarían a la emoción que pude sentir con estos animales tan bellos y tan grandes.

Seguían los búfalos en mi cabeza por horas y horas. En cada curva pensaba que me los encontraría... incluso llego a pensar que de alguna manera deseaba volverlos a encontrar.
Algún macho solitario en el lateral de la carretera fueron el único avistamiento que tuve en el resto de la etapa del día.



De pronto.... WELL COME TO YUKON!!!! Wow.. me había olvidado que vería ese cartel hoy. Con tantas emociones me había olvidado....
Así pues "Adiós British Columbia, the best place in the earth, gracias por regalarme tan imborrables momentos, tantas emociones y tanta felicidad..."
y "Hola Yukon, larger than life, estoy seguro que disfrutare hasta el último kilómetro de tu territorio y me despediré con tristeza cuando cruce la frontera a Alaska."




Seguía la carretera hasta llegar a la ciudad de Watson Lake. Allí hay un lugar especial y obligada parada de todos los motoristas. Se trata del "Sign Post Fores". Una serie de postes verticales donde los visitantes dejan algún recuerdo; pegatinas, gorras, placas de matrículas, carteles, etc etc etc.
Después de dicha parada obligada, Jimena y yo dejábamos una gorra como recuerdo de nuestro paso por aquel lugar. Un par de fotos y justo antes de llegar, un motorista con una KTM se detuvo junto a nosotros. Viene bajando de Alaska... "man, Alaska is very cool now". Justamente las palabras que no deseaba escuchar.







Continúo la ruta. La carretera espectacular perfectamente asfaltada. Hoy ha sido un día muy largo. Aunque salimos muy temprano, con tantas paradas se nos está comenzando a ocultar el sol. Menos mal que no falta mucho...

Pocos kilómetros más y llegábamos a White Horse. La ciudad más grande en la subida a Alaska. Una ciudad creada por los antiguos buscadores de oro.
Calles muy largas y anchas, casi nadie paseando y muchos indigentes.
En ese momento recordé que había quedado con aquel motorista que había conocido en Prince George, un harlista llamado Larry. Si no recuerdo mal, había quedado con el a las 7pm y por suerte había llegado unos minutos antes. Eso se llama puntualidad!!!! jajajaj

Sin esperanzas de volverlo a ver, voy a una cafetería con wifi para enviarle un mensaje. No pasaron 2 minutos que me había contestado. Estaba en Teslin, a unos 200km. Me soprendió muchísimo. Pensé que jamás lo volvería a ver.

Reserve hotel para los dos y al par de horas entraba Larri en el parking del hotel. Desde muchas calles más atrás sabía que venía por el tremendo ruido que traía... De verdad no se como puede aguantarlo....

Paseo por la ciudad aprovechando los últimos rayos de sol para sacar alguna foto, cena "americanada" con una triste hamburguesa y unas buenas conversaciones sobre la ruta que trajimos.








Larri había ido por un camino más corto pero no había encontrado ningún animal. Por muy corta que hubiera sido su ruta, no me cambiaría por él ni de broma. Las experiencias que tuve superaron cualquier cansancio...

Decidimos compartir habitación para que nos saliera más barato. Desde luego me sorprendió lo ordenado que es. Dentro del desorden que tiene por tanto bulto mal amarrado, es muy meticuloso con sus cosas...

La cerveza de despedida del largo día y a la cama...